miércoles, 23 de febrero de 2011

Lacuntrofía

13/05/10

Un hombre grande que jugaba a ser un empresario estaba sentado en un banco de alguna plaza en una ciudad que se situaba en un planeta muy remoto a nuestra galaxia. Mienstra tomaba diario y leía café vió pasar a un jóven lleno de cordones que le colgaban de la cara, su vello ocular estaba largo y teñido en muchos colores. Tenía sus arapos con inscripciones ideológicas y divorcios. Era un típico adolescente de aquel planeta, caminando con cara de enojado.
Este hombre grande que sentado miraba comenzó a reir por dentro de sí mismo porque mientras lo detallaba en sus neuronas reaccionó y se vió a sí mismo años atrás.
Esta fue la última vez que el hombre pudo sonreir ya que instantes después llegaron unos galácticos seres, que provenian del planeta Jesucristo Redentor 14, y aniquilaron todo lo que estaba a su paso en nombre del hijo de Dios todo poderoso.
Pero grácias a que se dió cuenta de aquel detalle de su pasado y que lo diferente en otro es cuestión de cada uno, fue redimido por los soldados del señor y se ganó el pase al cielo.
Al llegar vió a un ser majestuoso idéntico a él, este ser celestial le explicó que estaba aburrido y se auto creó en un planeta aleatorio del universo para darle más emoción al tiempo-espacio; pero claro, debido a las naves que todo lo mataban en su nombre cayó muerto en su propio juego dejando apagada toda vida existente dentro de sí mismo, su mismo le hablaba como círculo vicioso con boca rehabilitada.

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